Cerati por los juegos de Neptuno (Comentarios e ideas sobre la obra musical de Gustavo Cerati)




Soplaba sobre vientos lejanos el izar de bellas banderas de Sol amarillo, destinos no tan distintos al divagar de Morfeo, sobre nuestra morada: la oscuridad, desde donde toda luz se ve tan clara, tan distinta a lo en ella podría reflejarnos. Siempre el borde casi exacto del abismo el bucear en silencio, recuerdo tiernamente el glorificar de tardes donde el amor hacia del viento un templo para Hebe, toda muestra de fuerza en tus ojos mágicamente dibujar un deja vu. Nada como perderse entre las tinieblas de nuestra mismidad para fluir, el fluir del joven corazón que nunca se cansará de cantar. Gustavo Cerati está donde siempre quiso estar, eternizado en la juventud de su fuerte canto, soñando en el limbo de su tierna voz, acariciando todas las posibilidades de la sinrazón.

Hablar en un texto acerca de la música de Gustavo Cerati, sobre todo en uno de mediano tamaño, no podría dar la talla para tan basta y creativa obra, pues es de fácil compresión que la obra de Cerati tiene muchos matices, pero para hacer un ensayo general de lo que podría ser en resumidas palabras la obra de Cerati, como solista sobre todo, y no rindiéndose de forma benevolente a los hechos cronológicos sino a una serie de aportes y espacios importantes en su creación. Se podría resumir la obra de Cerati con una frase, la de una de sus canciones “las cosas brillantes siempre salen de repente como la geometría de una flor, es la palabra antes que tus labios la suelten…”. La canción es “Magia” y pertenece a la entrega del último disco “Fuerza Natural”. Me gustaría iniciar el recorrido por la música que compuso Cerati  teniendo como pilar la frase antes mencionada y luego, como una idea de ayuda, la frase siguiente “todo me sirve nada se pierde, yo lo transformo”, de la misma canción. Ambas considero que sirven de muy buen referente para esbozar- con todo el respeto que se merece la opinión del mismo Cerati- una apreciación sobre su música.

La temática de Cerati es bastante lúdica, parte de una estructura de fusiones en las cuales podemos encontrar desde la música andina, el rock de los 60-70[1] y la electrónica que fueron en sí tomadas como préstamos para darle forma en estructura musical, a lo que realiza, pues debe de comprenderse que la obra de Cerati es una creación donde predomina la fusión como carta principal para generar el efecto musical que dará lugar a una creación propia, además de poder sumar en la líricas frases filosóficas de todo corte, como en la canción “Camuflaje” del disco “Siempre es hoy”, donde se menciona parte del pensamiento de F. Nietzsche, con ello, cualquier comentario de algún oyente despistado (y con poco sentido crítico) de la música de Cerati podría decir definitivamente que la música de éste es una copia en frases o –siendo más severo- que copia a diversos artistas en materia  composición, nada más falso, ya que el producto musical  pasa por ser una construcción en base a la fusión, recalco el termino, pues considero que el trabajo musical de Cerati es transversal al tiempo de producción musical que le ha tocado vivir, toma de diversos espacios y puntos- evidentemente con los criterios más cuidadosos- la esencia de cada género para darle en trabajo  conjunto un sólido aspecto personal que es sólo la base para donde verdaderamente se encuentra el trabajo del maestro Cerati, el cual radica en la producción del conjunto de sonidos que son la apertura a la creación casi infinita de imágenes que pueden producir sus líricas, a pesar que el mismo Cerati dijo que no es un buen prosista- el efecto que logra con la construcción musical que abre paso a la composición lírica es magnífico- se descubre en él genialidad, se percibe la suave luz de la luna flotar sobre todo un espacio donde las líricas no podrían expresar su condición si no estuviesen acompañadas de la melodía que las encausa, porque por sí solas se perderían en lo complejo del fluir de la sinrazón. En efecto, como podemos escuchar en la canción “Sal” del disco “Fuerza Natural” la música nos induce a un estado el de vivir las líricas, las cuales se convierten en espacios de vida entre lo consciente y el sueño para luego dar un quiebre fantástico con la frase “por los juegos de Neptuno, el viento se enredó en el mar” darle paso a pura fusión musical donde ya sólo se deja pie a la tarea de los instrumentos y que ellos nos puedan envolver en las circunstancias descritas en las líricas. Este trabajo de infraestructura musical con un fin- que es el de llevar al oyente a profundidad de las letras- para en la superestructura musical se nos brinde todas las posibilidades de atrapar los sentimientos y las expresiones que pueden llegar al espíritu que lo acoge que además lo llevan a un clímax de reflexión donde sólo es posible ingresar a través del efecto dionisiaco que produce la música. En ese trabajo descansa la genialidad de Gustavo Cerati que a diferencia de lo que podría realizar el reggaetón- que vale la oportunidad mencionarlo- sólo genera un efecto mediático en el cual se busca resaltar un instante donde las fuerza de los instintos primen, ya sea desde el recuerdo o en el mismo acto de bailarlo, dejando de lado la cuestión intempestiva de la música que busca llegar más allá del simple hecho de ser un aliciente para la dejar en libertad los instintos (valga decir la brutalidad) o el simple hecho de recordar eventos importantes de la vida personal de un humano.

Cuando Schopenhauer decía que la música era uno de los medios para detener el terrible avance de la voluntad, lo hacía porque consideraba que la música puede generar espacios donde se puede entrar en plataformas atemporales, es decir, que la música efectuaba construcciones que podían detener el avance imparable del tiempo, donde el querer que nunca puede llegar a satisfacerse ni detenerse, logra en la música su plena totalidad (la obtención de la voluntad) a pesar que sea- en resumidas cuentas- en un fragmento pequeño de la vida, porque en ella se expresa la esencia de todo lo que puede expresar el mundo[2]. Vale decir que mientras una construcción más elaborada mucho más pensada en cuanto a entrelazar, tanto las letras como la parte musical, puede lograr en esencia el romper del terrible tedio de lo que quiere la voluntad. La música de Cerati logra eso, puesto que rompe las barreras de la clásica composición actual basada a meramente en la exaltación de una emoción, sino que logra la cúspide mediante la integración de una serie de fusiones tanto en lo musical como en el trabajo lírico. Como apoyo a esta idea me gustaría recordar que Cerati demuestra- claramente- en su obra la aparición del arte Dionisiaco, puesto que el arte Dionisiaco rompe con la armonía presente dentro del arte Apolíneo, el cual presenta como estructura básica la idea de armonía, la presencia perfecta de toda la realidad y de la perfección de los estados[3].Como podemos observar en una balada de pop en cualquier idioma; sin embargo, en la presencia del arte dionisiaco se puede resaltar lo siguiente: “como inicio de su arte, como plataforma para mostrarnos su fuerza […] donde el hombre volvía a la naturaleza y desde su soledad podía percibir los enigmas y horrores del mundo, donde el abismo entre el pasado y el presente se rompen volviéndonos a un plano donde los recuerdos más profundos se hacen realidad. En la embriaguez dionisiaca el hombre ya no se cuestiona sus defectos sólo actúa, sólo es fuerza y pasión por la vida, mientras ve la caída del universo de la individualidad desmoronarse ante sus pies”[4]. La obra de Cerati pasa por todo ese trance se convierte en pura fuerza al despojarse de la máscara de la personalidad y entrar en un juego donde el todo es una fuerza vital y expresa  el querer de la voluntad, por ejemplo, en este estribillo de “Bocanada”, “Cuando no hay más que decirnos me hago uno con el humo serpenteando la razón de todo aquello decidido se estira el tiempo y me olvido, me olvido como dos y en la espera vagamos indiferentes por el espacio que dejó para desvanecerse alargando el después una historia sin final“… Finalmente, lo que logra la obra de Cerati es pura expresión vital plasmada en la música misma su trascendencia se encuentra en que lo subconsciente se confunde con la realidad, con el sentimiento que quiere expresarse, con la música formando así un cuerpo único ser que es el arte de la sinrazón.

Cerati plantea para sí una serie de puentes donde el lenguaje se expresa de manera pura, donde la música es la que conduce las palabras, pero estás se expresan libremente tal y como se encuentran en el pensamiento que es en sí la fuente de toda la sinrazón, la fuente de lo enorme que puede ser la personalidad de lo humano, el cual no se encuentra enmarcado sólo en la apreciación de la razón con único vínculo, sino que busca alcanzar la profundidad de su intimidad como posibilidad de ser, ya que encuentra en el lenguaje su morada[5]. La música de Cerati se constituye así en arte, porque a su vez es posibilidad de expresar al ser mediante la creación que puede hacer en su lado más profundo (oscuro)- no en contraposición a la razón (luminoso)- sino como propia expresión y posibilidad artística de lo que es el subconsciente en lo humano es decir con su propia posibilidad como infinito[6], pues es precisamente en una canción donde casi lo onírico se encuentra en próximo vínculo con el deseo de la sinrazón, vale decir con la fuerza totalizante de la sinrazón como una expresión artística en “Pulsar”, donde el estribillo dice algo así “creo en el amor porque nunca estoy satisfecho, es mi salvaje corazón que llega justo a tiempo. Allí donde quisiste estar tan cerca de desesperar y es que la vida es gas y es tan dulce traspasarla”. Cerati se acerca a lo onírico al uso casi confuso del lenguaje, tal vez por la influencia que recibe de Luis Alberto Spinetta, pero a su vez existe dentro de ese aparente caos el fluir más exquisito del sentir -no sólo de un humano- sino de la fuerza que representa la vida, de la voluntad de crear por el sólo hecho del crear que es al fin y al cabo la única posibilidad que se puede plantear el arte y su expresión en el mundo de los sentidos.

Gracias por todo Gustavo, eres una gran influencia para este pequeño escritor. Y no lo olvides usa el amor como un puente.               



[1] Entrevista a Gustavo Cerati en el programa chileno “Plaza Italia” de Marcelo Comparini, 1999, 11/08/11
[2]Extraído de: http://www.youtube.com/watch?v=utEvoWbOUr0  “La Aventura del Pensamiento, capítulo sobre Arthur Schopenhauer”, 11/08/11.
[3] “La visión dionisiaca del mundo”, Jhan Carlo Venero, Revista Argos, Nº001-año 1, noviembre de 2010. P.4
[4] Ídem.
[5] Extraído de: http://www.heideggeriana.com.ar/textos/carta_humanismo.htm, Carta sobre el humanismo, Martín Heidegger.
[6] “La Insoportable levedad del Ser”, Milán Kundera, RBA editores, Barcelona, 1992, P. 97

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