¿Qué tenemos que aprender de las protestas estudiantiles chilenas?




Las movilizaciones estudiantiles en Chile, a pesar del poco interés que han recibido en los círculos universitarios locales y nacionales- han adquirido una fuerza institucional que ya quisiéramos tener los movimientos universitarios tanto de derecha como de izquierda. Vale resaltar que la problemática en Chile no es una cuestión aislada a realidad peruana, sino que por el contrario comparte muchos vínculos en común, vínculos que son trascendentales para el adecuado funcionamiento de la educación de la sociedad así como el de la presencia del Estado que tiene que brindar- es una de sus tareas más importantes- educación a los ciudadanos que conformamos el país de tal manera que la creación de ámbitos culturales, de generación de consciencia social, del clima de responsabilidad social no se la dejemos a un ente ineficiente como lo es la “universidad empresa” institucionalizada en nuestro país, sino juguemos mejores cartas para lograr un clima donde el universitario tenga la protección del Estado y así la universidad pública se convierta no en un espacio gobernado por la izquierda radical, sino donde le pluralismo sea el que pueda llevar a cabo la transformación que necesita nuestro país.

                La realidad educacional chilena pasa por una serie de dificultades que también son propias de la realidad peruana, una de las más importantes, es que el Estado ha dejado de lado su tarea de formar y educar-como se puede apreciar en uno de los spots de los estudiantes[1]- para darle paso a la universidad empresa, la cual no ha logrado cumplir su tarea de formación a cabalidad y muchas de ellas no cumplen con su rol de una formación integral que pueda ayudar en la configuración del famoso tecnócrata, sino también en la formación de ciudadanos responsables con su entorno. Es lamentable que podamos observar universidades con logos tan pintorescos como “los que quieren salir adelante no les importa si la vida es injusta” (uno de los logos de la Universidad César Vallejo”)[2], los cuales en efecto hacen referencia a la destrucción de un sistema integral en la educación superior que no sólo la haga técnica sino también crítica. Con esta premisa quiero iniciar el desarrollo del conjunto de problemática en el país del sur y de su relación para con la realidad universitaria local.

                Chile presenta un problema a nivel educativo centrado en la disposición de los estudiantes, en cuanto al acceso a la universidad, en buen romance, el 70% de sus estudiantes de nivel superior se encuentran en universidades particulares (entre ellos los alumnos de más bajos recursos que han podido darse ese “lujo”) mientras que el 30% lo hacen en las universidades estatales o las tradicionales[3] que son consideradas como las mejores. El sistema educativo chileno brinda un servicio de créditos para que los alumnos puedan mantenerse en la educación superior, así sea la educación estatal que es considerada la de mejor calidad, de ello podemos entender que existe un problema inverso a lo que ocurre en el Perú, pues en nuestro país la mayor parte de nuestra clase media se encuentra dentro de las universidades empresas (que en algunos casos ofrece educación de calidad) y los sectores pobres que acceden a la educación superior se encuentran dentro de las universidades estatales en su mayoría. Frente a este hecho de lo que se le acusa al gobierno chileno es de no poder brindar a sus alumnos los servicios necesarios en educación, de no tener una tarifa flexible en cuanto a los créditos que brinda a los sistemas educativos, de tener mediante PSU (prueba de selección universitaria)[4] un sistema injusto de admisión por considerarla discriminatoria a la scapacidades de los estudiantes y su nivel de ingreso económico, además de no cumplir su deber frente al rol educativo de tal manera que los privados pueden entrar a subsidiar el trabajo que no puede realizar el Estado, pero eso sí, lucrando y formando de manera ineficiente a los estudiantes, además de un mejor financiamiento de las becas y otros beneficios al estudiantado[5]
           
                Como podemos observar líneas arriba, los estudiantes chilenos atraviesan problemas similares a los nuestros, a pesar, de que el sistema sea diferente, ante ello, podemos comprender de que el problema de fondo es la necesidad de un refinanciamiento por parte del Estado chileno de las universidades Estatales, además de la mejora de la calidad educativa y la reestructuración de las normas que rigen a la universidad privada. Con todo la problemática chilena no es una protesta aislada, de clase o de partido, a pesar de que la misma líder de la CONFECH (Confederación de estudiantes de Chile) sea de tendencias de izquierda, sino que el movimiento de protestas estudiantiles se orquesta como un movimiento que busca en primer lugar la reivindicación de derechos estudiantiles, que es una cuestión transversal y no de clase o de partido[6] como lo pregonan los grupos de izquierda estudiantil de nuestra localidad (totalmente mal informados), además de que el espectro de este problema, no se mueve fuera del sistema político chileno, sino que busca soluciones dentro del mismo sistema y no el ataque frontal contra el stablishment, lo cual rompe el badulaque argumento de la izquierda radical peruana y sus retoños en las universidades que creen que la universidad puede ser un foco central para afianzar el adoctrinamiento de su ideología, entonces y desde esa perspectiva el movimiento de protestas chileno no es antagonista al sistema político sino que busca el diálogo a través de la ciudadanía y no sólo de las fuerzas partidarias[7].

                Los movimientos estudiantiles chilenos son un ejemplo para nosotros, los movimientos peruanos, donde lamentablemente el sentido de educación se ha tergiversado sólo en un movimiento de mejora y competencia técnica, mas no en la formación de un grupo de estudiantes con proyección de país y de insertar mejoras en la sociedad, si eso es lo que se busca dentro de las protestas chilenas ( que ojalá que a diferencia de muchos de los dirigentes chilenos no estén influenciados por la izquierda radical) entonces estamos hablando de una concertación y de la madurez de un grupo de jóvenes que quiere- a partir de la satisfacción de los mínimos y la ratificación de los cimientos de las posibilidades para que el recurso humano puedan tener un mejor acceso a mejores oportunidades. Si nosotros entendiéramos que los movimientos estudiantiles no sólo sirven para hacer campañas dentro de las diversas elecciones internas o locales o nacionales, si pudiéramos concentrar sólo una fuerza constante que pudiera darle a la universidad nacional una nueva guía donde la formación no sólo sea profesional sino una formación con responsabilidad social estaríamos articulando lo que sí se necesita el país, una práctica política dirigida hacia la formación de un Estado peruano sólido y fuerte y- mejor aún- a la formación de una universidad plural (ojo no estancada en los años 80) con capacidad de respuesta frente a la competencia así como con una sólida formación académica tanto como ética. La tarea es ardua y aún no han aparecido los gestores de su cambio en el Perú.


[1] Extraído de: http://www.youtube.com/watch?v=NSgFtiEcyIs, Video “Petitorio de la CONFECH”, 08/08/2011
[2] Extraído de: http://gonzalogamio.blogspot.com/2011/07/las-universidades-y-la-preocupacion-por.html, Gonzalo Gamio Gehri, “Las universidades y su preocupación por la justicia”, del blog Política y mundo ordinario, bosquejos post-liberales.
[3] Extraído de: http://www.youtube.com/watch?v=EBMZfHogPn4, Entrevista a Camila Vallejo- presidenta de la CONFECH- en el programa “Tolerancia 0”
[5] Extraído de: http://www.youtube.com/watch?v=NSgFtiEcyIs, Video “Petitorio de la CONFECH”, 08/08/2011
[6] Extraído de: http://www.youtube.com/watch?v=eRRTy11Wi18 Video: “Entrevista a Manuel Garretón” en CNN Chile.
[7] Ídem.

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