Conococha se defiende mientras el río Santa y el río Quilcay se contamina

Río Quilcay, puente Huascarán. Foto propia

Hoy, tal vez, como nunca se escuche en la mente de las personas de Huaraz, los gritos de desesperación frente al desastre ambiental que vive el mundo. Pero de qué manera está este hecho tan vinculado con nuestra convicción para remediar la actual problemática ambiental. Como todos ya sabemos el gobierno central dejó sin efecto el permiso de impacto ambiental de la Chancadora Centauro[1] y con ello también el funcionamiento de la minera de forma indefinida; sin embargo cabe preguntarnos si verdaderamente tenemos una consciencia ambiental tan desarrollada o sólo es que la muchedumbre ha sido presa de toda una orquesta liderada por los intereses políticos, más allá del importante hecho de salvar las aguas de una cabecera de cuenca.

Sentimos hoy la necesidad de gritar “el agua no se vende, el agua se defiende”; pero lamento decir que Huaraz jamás ha gritado, “el agua no se contamina, el agua se cuida” y ese es nuestro principal lastre es la cadena que tanto obstruye ver a Huaraz como una ciudad que realmente tenga una consciencia ambiental desarrollada, por último que sea capaz de ver que hoy por hoy sus ríos, el Santa y el Quilcay, son sus principales botaderos de basura, su población sigue siendo tan ignorante como para contaminar de forma alegre y campante las calles y parques y sus autoridades son tan ineficientes que sólo ven al desarrollo como la acumulación de cemento en todo el casco urbano.

                Es cierto que Conococha requería de una defensa férrea, pero tenemos que admitir la existencia de muchos malos elementos como los oportunistas que desean ir a congreso con sus apariciones caudillistas en las marchas; luego tener entre las filas a aquellos elementos de izquierda que por un cuarto de hora de palestra están dispuestos a envilecer cualquier causa ecológica con el discurso de marras de ser la solución a los problemas ambientales, cuando en realidad son sólo hijos de la madre del problema: la revolución industrial[2] que nunca se preocupó por el deterioro que le causaba a  la naturaleza la producción a escala industrial. ¿Será acaso que como nunca funcionó el discurso ya desfasado de la “igualdad” hoy los grupos de izquierda radical quieren subir nuevamente a realizar el espectáculo nefasto de violencia e insurrección que tanto anhelan, pero está vez bajo la fachada de los problemas ambientales? La respuesta parece ser cierta, porque jamás ninguno de estos grupos que tiene sus nidos en nuestra ciudad fue capaz de reclamar por los problemas ecológicos y medioambientales que tiene Huaraz.

                Entonces, cuando pensamos en los problemas ambientales de la ciudad de Huaraz tendremos que observar en la realidad qué aqueja a nuestra ciudad, por una parte tenemos que la ciudad languidece en sus ríos. El río Santa tan defendido esta semana- que a propósito no es el proveedor de agua potable a Huaraz, pues el río que abastece a Huaraz de agua potable es el río Paria y los que conforman más adelante el río Quilcay. Entonces si queremos ser tan ecologistas de denunciar que una minera quiere manchar las puras aguas del río Santa, por qué nunca los huaracinos hemos reclamado por el vertimiento de todos nuestros desechos urbanos al río Santa, por qué hasta el día de hoy permitimos que el hospital de nuestra ciudad vierta sus aguas residuales directamente al río, por qué jamás salimos a las calles tomamos pistas o de manera civilizada exigimos a nuestras autoridades la instauración de una planta de tratamiento de aguas servidas en Huaraz; por qué nunca hemos hecho eso si tanto apreciamos a la naturaleza, si tanto amamos al río Santa- tan gravemente dañado en las riberas tanto que parece hacemos el mismo trabajo de contaminarlo como si fuese una minera. Entonces será que los huaracinos pensamos que el agua no se vende; pero sí se contamina y se contamina hasta el grado de acabar con toda la diversidad que en algún momento albergó.

                Y nuestro alcalde electo el más osado en afirmar que defiende el paro, pero que olvida que su revolución ciudadana es construir más cemento y más cemento, además erróneamente decir que Conococha se podría convertir en un pasivo ambiental[3] cuando en Huaraz el río Quilcay y el Río Santa ya lo son y hace años y ninguna campaña política ni tampoco ningún gobierno de turno hizo algo para mejorar esta situación. Entonces hoy cae sobre responsabilidad que si vamos a marchar lo hagamos no sólo para que el agua no se venda. Porque parece que en Huaraz el agua no se vende, pero sí se contamina y lo hacen sus propios pobladores.


[1] Recuperado de: http://www.minem.gob.pe/descripcion.php?idSector=1&idTitular=2924 Ministerio del Energía y minas, resolución ministerial N°536.
[2] Oswaldo Rivero, HACIA UNA ÉTICA GLOBAL, Le Monde Diplomatique- edición Peruana, Enero de 2010
[3] Recuperado de: http://elcomercio.pe/peru/682346/noticia-alcalde-electo-huaraz-considero-justas-protestas-su-ciudad El Comercio Edición Online- Entrevista al alcalde electo de Huaraz “Canal N” 10/12/2010

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