Invocación


Camino a Canchajirca

¿Me oyes? Ven a mí como brota de la tarde
un sendero de nubes al azul infinito, 

como el viento sopla camino al sur,
como la hoja serpentea hasta reposar sobre
el manto del otoño.

Después de la merienda, entre las barajas
de los tréboles siempre busco una oportunidad
que susurre tu nombre. 
Una salida exacta a mi ansiedad que te llama.

Las palabras sobran, siempre y cuando se trate
de una de tus visitas esporádicas.
Sobre la ventana que se cuela al vacío,
comentamos sobre la sensación de la muerte.

¿Pretérito? No, siempre y cuando viertas 
mi sangre para la creación de tus cielos, 
te lleves de mí el tiempo, las alas y el amor.

No hay actos de fe que valgan ¿Por qué

preguntar entonces? Si certeza de tu sombra nunca la habrá.
 Sólo bebe que el tiempo
a ambos se nos va.

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