Francisco Bolognesi: la soledad del héroe
Plaza Bolognesi en Chiquian Áncash |
Nunca como
aquella vez cuando visité la ciudad de Chiquián pude comprender la tarea que se había propuesto Francisco
Bolognesi, héroe peruano de la guerra del Pacífico, había en la soledad de los
andes comprendido el peso de la fatalidad de su labor, la incansable figura de
arrojo que quizá frente al pragmatismo que hoy se extiende en el pensamiento de
muchos peruanos de entender el sacrificio militar de Arica como una tonta y
mala estrategia. Más allá de la presentación de argumentos que puedan entender
la naturaleza de la acción militar y sus implicancias para la guerra es preciso
detallar que este hombre, que a consideración de Luis Alberto Sánchez,
Bolognesi era “un hombre de poca
estatura, amable, un hombre de salón[1]”
y sin el aparente temperamento para realizar la epopeya del Morro no
presentaba aparentemente el aplomo para enfrentarse a tan difícil decisión. Me
preguntó hoy cuál es la visión de los peruanos sobre los héroes de la guerra la
Pacífico, sobre su legado y sobre la formación del carácter peruano, no a la
vulgaridad de pretender que el Perú puede fundamentar su carácter nacional
plenamente en la guerra contra Chile, sino más
bien tuvo y tiene la tarea de enseñar el valor de aquellos hombres que
frente al deber respondieron digna y valientemente con sus vidas, sin importar
la circunstancias políticas, sin mediar
en su decisión el peso de la familia y hacerlo todo por el Perú.
La frase que
inmortalizó a Francisco Bolognesi, sencilla y enérgica, no demostraba la osadía
de un soldado sino el honroso cumplimiento del deber hacia patria. La figura
que representa y ejecuta Bolognesi al darnos a conocer su frase no es ni más ni
menos que la voluntad llevada al extremo, aquella voluntad que no tiene en su
seno, los prejuicios de la razón y por el contrario refleja la vocación con
alcanzar el honor, pues de no haber existido el enérgico sacrificio de estos
hombres en batalla, el Perú no hubiera alcanzado un inmortal sitial entre las
naciones, un lugar donde el sacrificio de sus hombres y mujeres en batalla se
constituye como el ejemplo más evidente de pureza que puede existir en un
humano, pues olvidado el dinero, olvidando a la familia, olvidando la vida
misma estos hombres decidieron entregarla en aras de forjar algo que vaya más
allá de la simple existencia de un mortal. La figura castrense de Bolognesi es
la de haber permitido de nuestro ejército decir que jamás nos rendimos ante un
enemigo que por mayores fuerzas y logística que haya presentado en batalla
nuestro valor como patriotas era mayor y era más aún incomparable frente a la
ambición y al asecho del enemigo.
¿Pero qué
enseña el sacrificio de Francisco Bolognesi hoy en día frente a circunstancias
ajenas a la guerra y más aún civiles que desconocen el arte del combate? Frente
a esto, debemos recordar que Francisco Bolognesi fue un patriota y esta
condición no escapa tanto de civiles como de militares, que más allá de las
diferencias de oficio todos los peruanos estamos llamados al deber de forjar
una patria. Es precisamente, el ideal de patria el que lleva a Bolognesi a
resistir en Arica, es precisamente su formación nutrida del deber, en una de
sus cartas enviadas a su esposa menciona “nunca
reclames nada para que no digan que mi deber tiene precio[2]”,
quiso Bolognesi demostrar que hay cuestiones que el dinero no puede comprar,
que existe en el hombre decisiones que van más a allá del pragmatismo y del
simple hecho de salvar la integridad, sino que su tarea reside, como el mismo
Bolognesi lo hace saber, “para no
defraudar al Perú”[3].
El dolor, el temor y la fatiga por la decisión fueron una constante entre estos
hombres, al notar que cada día quedaban rezagados en el morro; sin embargo, su
voluntad, la determinación individual de cada oficial, de cada soldado raso es darlo
todo por el honor de ofrecer la vida por la patria.
Bolognesi se
inmortalizó en el morro de Arica, pero qué hacía su figura en un pequeño parque
de la sierra central del Perú. Era entonces, que Francisco Bolognesi inicio con
su sacrificio un camino interminable se convirtió él y sus hombres en manantial
que le dio vida al Perú, su sangre y su sacrificio se plasmó en la creación de
la identidad peruana como una fuente del deber, como un quehacer que trascienda
a la actividad cotidiana y que se transforme en un compromiso constante por
hacer de esta tierra una Patria grande. Bolognesi había desaparecido
físicamente, pero su valor y su ejemplo vibran como un eco en todo el Perú. Ese
honor que tuvo Bolognesi de dar su vida por la patria es nuestro ejemplo a
seguir, hoy que los peruanos, tenemos labores ya no tan sangrientas pero sí
cargadas de deber patriótico, pues los forjadores de nuestra patria son quienes
nos muestran el valor de la grandeza del Perú son quienes nos llevan a combatir
la corrupción, son quienes con su ejemplo nos enseñaron a crear instituciones
fuertes, son quienes nos muestran que los peruanos no somos simples hombres-
que somos hombres de honor y honestidad-, son quienes con su sacrificio nos
demostraron que en esta tierra puede haber hombres capaces de asumir su deber
con honor y altivez.
La tarea y el
replanteamiento de esta tarea que descansa en la boca de cada peruano se han
ido extinguiendo con el tiempo. Nuestra reflexión en los colegios solo se
remite al cuento, al planteo historiográfico de la epopeya del morro, quizá por
la influencia de los profesores de izquierda, quienes buscan opacar la virtud
de héroe para darle paso al significado de la masa, pero que obvian que la
formación integral de un hombre- sea cual fuere su ideología- parte de conocer
las virtudes del honor y la valentía-. Nuestra tarea como peruanos hoy es
revivir esta hazaña como muestra de la formación que hizo en cada peruano
sentir un gran orgullo, lejos del rencor al enemigo, lejos de la sensación por
la derrota, estos hombres se sacrificaron no por ganar o perder una batalla, lo
hicieron porque tenían honra, porque sabían que su deber con la patria no se
sustentaba en una victoria o en una derrota sino por hecho de construir una
Patria digna y altiva.
Es
precisamente, como decía Heidegger, que poéticamente
habita el hombre, vale decir en una interpretación muy personal que la
esencia del hombre, lo que es el hombre, lo significa en su existencia se
refleja en la poesía. Precisamente José Santos Chocano en su obra “Epopeya del Morro” quien esculpe en su poesía la virtud y el
destino de los gigantes de Arica:
“La tropa hambrienta, pero siempre erguida,
no implora una limosna de la Suerte;
es como una avanzada de la Vida
que presenta sus armas a la Muerte"[4].
“La tropa hambrienta, pero siempre erguida,
no implora una limosna de la Suerte;
es como una avanzada de la Vida
que presenta sus armas a la Muerte"[4].
[1]
Entrevista a Luis Alberto Sánchez sobre Francisco Bolognesi, http://www.youtube.com/watch?v=dQp_GbfGuJk
[2]
Reportaje a los héroes de Arica emitido
por el programa Panorama de Panamericana Televisión, http://www.youtube.com/watch?v=1-IFixzDV4Y
[3] Ídem.
[4]
Op. Cit. Entrevista a Luis Alberto Sánchez.
Si esta estupida guerra hubiera iniciado por causas honorables este hombre seria un patriota. Pero pelear por 10 centavos es una tonteria.
ResponderEliminarSi Ud. es un iconoclasta es su parecer y puede hacerlo público, pero de que esa opinión tenga validez para mí o para lo que escribo dista mucho de la realidad.
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