Crónica de una crisis anunciada



Solía decir Sun tzu en el “Arte de la guerra” que “no existe país que se beneficie de una guerra larga”. La inestabilidad de la UNASAM, su frágil institucionalidad lograda, si bien es cierto, muchas veces en base al clientelismo político y al precario peso de los estudiantes como actores políticos responsables han llevado, qué duda ya cabe, a esta crisis institucional de la universidad de Áncash. Frente a esto es previsible ver que el trabajo de parte de alta dirección fue desde el inicio de la gestión rectoral de Dante Sánchez totalmente incapaz, así el desbalance entre la propuesta política y la gestión efectiva termina por desbordar al alumnado. ¿Qué implica este desbalance? Desde el inicio de su gestión, se realiza en una fuerte oposición por la idea de la instauración del voto universal como mecanismo para escoger a las autoridades de la universidad, así el bloque político que  fue encabezado por el MOVADEF base UNASAM y una alicaída Federación de estudiantes, estas dos fuerzas fueron las principales opositoras a la elección del nuevo rector; sin embargo, al convertirse en una postura radical su impacto fue imperceptible y solo se logró ratificar a la terna ganadora. Desde ese momento y tras un largo enfrentamiento en la UNASAM donde se vio- por primera vez el impacto de las redes sociales a nivel local- se llega a deslegitimizar a la izquierda radical del MOVADEF en la UNASAM, así como se produce la caída de la FE-UNASAM, cuyos dirigentes tuvieron que dar un paso al costado y este costo sería el que llevaría a la desaparición de los grupos radicales, como partidos de masa, en la universidad. Lamentablemente, la gestión de Dante Sánchez jamás apostó por dar la estocada final y tras las abrumadoras pruebas que llevaban a concluir que existía un sector de alumnos militantes en el MOVADEF y con Sendero Luminoso no se abre ningún proceso disciplinario, ni tampoco existe la voluntad de encapsular a estos grupos, la aparente decidía de la gestión de Sánchez Rodríguez no solo fue una expresión política sino también ejecutiva.

                Los meses que fueron testigos de la gestión de Dante Sánchez en la universidad tuvieron una gestión lejana a los alumnos, cerrada al cualquier diálogo- bajo la idea de que el rector solo hablaba para cuestiones importantes-, el ocultamiento de los problemas de las cuentas de los centros de producción, la casi nula iniciativa para mejorar los planes de acreditación en la universidad, la falta de proyectos para fomentar la investigación en la universidad, la inexistencia de una política ejecutiva para llevar a cabo el tan ansiado fondo editorial, la ausencia de una auditoria que permita tener cuentas transparentes sobre la construcción de la ciudad universitaria, la falta de carnets universitarios para los alumnos y la dejadez por llevar un acuerdo con la oposición de otras facultades para establecer un gobierno de concertación son los pilares para el estallido de esta crisis desde su lado estructural, algo que los dirigentes del comité de lucha jamás tuvieron en cuenta por solo arribar a la solución de un problema político que tiene raíces estructurales. El silencio de la gestión de Dante Sánchez se amparaba en las cuentas sobregiradas de la UNASAM, pero no guardaba coherencia con su quehacer como gestión, ya que en el uso de una táctica populista se conformó con traer a un grupo de cumbia por el aniversario de la universidad en vez de fomentar la investigación universitaria que tanta falta le hace a la UNASAM para salir del foso en el que se encuentra en el ranking universitario y como olvidar, finalmente, el escandaloso caso del RP (que es una plataforma electrónica para ejecutar de manera más eficiente y rápida las gestiones administrativas en la universidad), pues se pretende comprar este sistema a la universidad ULADECH y dejar de lado la propuesta que brindaba IBM para la compra de este sistema, siendo IBM una empresa reconocida internacionalmente y ofreciendo precios similares a los de la ULADECH. En lo político Dante Sánchez jamás tuvo un cálculo adecuado para resolver los problemas de la universidad, su mutismo hasta incluso con la clientela política ofrecida por movimientos estudiantiles como Juntos UNASAM (que había votado a favor de su elección), sectores de la fenecida alianza estudiantil VISA (Visión e integración Santiaguina) que apoyaron su elección (tras muchos escándalos que incluían un video donde un asambleísta es acusado de haber recibido dinero por uno de los candidatos) y dirigentes de  movimientos como el VES (Vanguardia Estudiantil Santiaguina) que apoyaron directamente a su elección. Estos grupos que durante la gestión de Castillo Picón sirvieron como clientela política para asegurar que no exista el desborde frente a los pasivos de la gestión y que asegurara aliados en los centros federados y en los órganos de gobierno que, sin embargo, Dante Sánchez a pesar de tener este precedente jamás supo aprovecharlo e incluso tuvo una postura opuesta a las propuestas e iniciativas tomadas por los alumnos representantes en órganos de gobierno. La táctica de Dante Sánchez fue muy tardía porque pensó usar el clientelaje político estudiantil a puertas de la crisis universitaria.

                ARES (Alianza Reformista Estudiantil Santiaguina) aparece como uno de los grupos más sólidos y con mayor representación universitaria para alcanzar la representación de órganos de gobierno (asamblea universitaria, consejo universitario y consejo de facultad) a nivel estudiantil, ya que poseía el apoyo de centros federados de varias facultades tales como la Derecho, médicas, Ciencias, Económicas, Administración y educación. Este grupo serviría al mando de sus dirigentes como incubadora la futura clientela política del rector así se puso en marcha la maquinaria para que la nueva lista del rector ganara las elecciones en el mes de octubre y es así como en un intento desesperado durante la primera convocatoria para los comicios se pretende realizar solo la inscripción de una lista y que esta obtenga así de manera no democrática la victoria, pues no se sostuvo ninguna contienda electoral; sin embargo, tras el reclamo de las otras listas por el atropello a sus derechos, por la presión de otras facultades y además por la carencia de requisitos de formalidad en la presentación de los documentos de los alumnos de la lista ARES se declaró desierto el proceso y se convocó a nuevas elecciones (hasta el día de hoy suspendidas por la crisis en la UNASAM).

                La gestión de Dante Sánchez hasta mediados de setiembre se había caracterizado por una radicalización del mutismo y por generar espacios para el rebrote de grupos radicales en la universidad, ya que no se lleva a cabo una purga adecuada de estos malos elementos. Es así y como tras apoyar mediante un documento enviado al MEF en la que la actual gestión apoya la promulgación de la ley 29914 (lesiva para la economía de cualquier universidad pública y que buscaba aumentar las tarifas de matrícula de los alumnos) ocasiona el desborde del alumnado. La medida hábilmente defendida por la lista ARES (que busca a través de una huelga tomar protagonismo político e instaurarse como la lista preferida de los estudiantes y así deslindar aparentemente sus vínculos con el rector) que cuyos dirigentes en un nefasto ardid político convocan al comité de lucha al MOVADEF, a los integrantes de la ex-FE-UNASAM y al grupo radical de izquierda FECUS (Frente Estudiantil Clasista Universitario Santiaguino) todos estos movimientos ya desaparecidos o en proceso de reciclaje por la poca o nula aceptación que tenían en la universidad. El cálculo político de estos irresponsables estudiantes era poder contener a la izquierda radical de la universidad y de esa manera lograr crédito político al haber promovido una huelga para lograr la derogatoria de la mencionada ley. Los cálculos terminaron por no hacerse realidad y los grupos radicales de izquierda dirigidos por el comité de lucha- encabezado actualmente por Iván Ramírez- aprovecharon la incapacidad de la gestión de Dante Sánchez y prorrogaron la huelga esta vez ya no con el apoyo de la alianza ARES, pues el nuevo pliego de reclamos pedía la cabeza del rector y por ende esta lista no podía estar en contra de quien le iba a brindar favores económicos y políticos por su apoyo en órganos de gobierno. Se produce entonces el deslinde de estos dos grupos y la toma de la batuta de los alumnos del comité como representantes en la huelga.

                La incapacidad de los dirigentes del comité de lucha al no tener una plataforma de resolución de los conflictos de forma estructural y buscar la mesa de diálogo con las autoridades hizo que la huelga en la UNASAM dependiera sucesos mediáticos más que de acciones que podían quitarle al rector puntos a favor de todo el estudiantado; sin embargo, y cuando ya la huelga estaba a punto de finalizar, sucedió el trágico ataque de parte de la policía en contra de cientos de alumnos que reunidos en la ciudad universitaria escuchaban una asamblea para ver qué ocurría con la huelga. Este ataque ampliamente cubierto por los medios de comunicación sirvió de base para condenar al rector y a los alumnos de centros federados y de la lista ARES que lo apoyaban, pues se descubrió videos- que sirvieron como evidencia para conocer los vínculos entre esta lista, los centros federados y el rector- además de la promoción en pro de las clases que los dirigentes y los centros federados hacían en pro de la apertura de clases durante el día del ataque a la ciudad universitaria. Es este punto clave donde la universidad pierde la brújula, pues Dante Sánchez ya no consigue la oportunidad- aunque a él le parezca absurdo- de dialogar con los alumnos y es donde el MOVADEF y los demás grupos radicales de izquierda obtienen el poder en la huelga. La estrategia de Dante Sánchez entonces cambiará, la policía dejara de lado su eterno enfrentamiento con los estudiantes ( por ende el factor de violencia mediática quedará prácticamente anulado y solo podrá existir vandalismo por parte de algunos estudiantes que osan llamarse así) y se comenzará una guerra de desgaste en la cual Dante Sánchez toma la decisión, tras la fuerte presión mediática de llamar a una asamblea universitaria de urgencia, pero para el 16 de noviembre de este año dejando en jaque al comité de lucha, pues es en este punto es donde se comprueba su incapacidad de gestionar, ya que la universidad requiere que la fecha de la asamblea sea lo más pronto posible dentro de este mes de octubre y no cuando se le dé la gana al rector.

                La guerra de desgaste iniciada por Dante Sánchez ahora iniciaba su ataque, los alumnos que apoyan su gestión tras la fachada de grupos como ARES, Juntos UNASAM y el VES inician una fuerte campaña de desprestigio de la huelga, mientras que en las redes sociales a través de cuentas falsas en Facebook se inicia una campaña que buscaba desacreditar la huelga con el argumento de la pérdida del ciclo y del rebrote del MOVADEF en la UNASAM (rebrote que ellos mismos ocasionaron) y por su parte el rector inicia conversaciones con la ANR para que ésta intervenga la universidad y por la débil institucionalidad de ésta se proceda a su intervención y posible cierre. La UNASAM queda entonces a merced de la inoperancia del comité de lucha y al ataque de Dante Sánchez que busca por todos los medios lograr su permanencia a pesar de tener el repudio de alumnos, profesores e incluso de parte del vicerrectorado académico. Tras el paro regional convocado para el lunes y martes los alumnos de la UNASAM que apoyan la medida de protesta cada vez son menos y quienes la lideran son en su mayoría gente del MOVADEF e infiltrados que lo único que buscan es dañar la propiedad privada y destruir el ornato de nuestra ciudad. Lamentamos que la UNASAM hoy pase por una crisis tan difícil de sobrellevar e instamos hoy más que nunca que la UNASAM no requiere de caudillos para la solución de sus problemas sino de alumnos universitarios y esto significa universitarios con todo el rigor que carga esta palabra.

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