¿Cómo es que piensa el votante medio peruano? Un análisis a la coyuntura electoral peruana



Heduardicidio
El análisis de las elecciones ha sido muy sagaz- después de los resultados- que a decir verdad, como lo advierte Martín Tanaka,  no deben de analizarse desde la perspectiva del determinismo retrospectivo (desde la idea que los actuales resultados electorales son sólo producto de las diferencias estructurales, sociales, económicas  que siempre están presentes)[1]. Ante ello, cabe resaltar que la ceguera de muchos simpatizantes con la izquierda dicen- de forma tan irreflexiva- que la ascensión de Ollanta Humala a segunda vuelta es producto de la adopción de la ideología o de que el “pueblo por fin se dio cuenta de la necesidad de un gobierno de izquierda”; cuando en realidad esto obedece a otras connotaciones mucho más reales y pragmáticas, característica muy propia de muchos votantes peruanos quienes asumen una postura práctica al momento de la elección de una autoridad presidencial y no de una reflexión de carácter ideológica ni de la protección de un sistema.

¿Entonces qué es lo que ocurrió en éstas elecciones? Para el esbozo de la coyuntura tomaré en cuenta dos posturas que en suma nos dan un resultado bastante sesudo de lo que ha ocurrido en la elección. En primer lugar, la volatilidad de las candidaturas en la encuestas es una muestra de lo pragmático que resulta ser la votación o el pensamiento del electorado; por un lado, vimos a varios candidatos en primer lugar en las encuestas, ya que como bien lo analiza Tanaka, la campaña no dependía de cuestiones ideológicas o estructurales, sino de la habilidad y el genio con el cual maniobrarían sus planes de gobierno, la potencialidad del personaje y  las actitudes que mostrarían en campaña[2] (por eso el acercamiento casi circense a las clases populares y a la juventud para convencerlas de votar por ellos). Sin embargo, todos, por más que esfuerzos que existiesen, el electorado está marcado por dos criterios básicos de percepción de la vida política: la desconfianza y la apatía política. Estos dos motivos sumados al rechazo de posturas que se asemejen a las acciones tomadas por anteriores gobiernos (Toledo y García) fueron los detonantes para configurar  los resultados del diez de abril.

Ahora bien existe- si bien es cierto- una cantidad de electores los cuales no moverían sus votos por más que ocurriese cualquier evento, lo que conocemos como núcleo duro y que sirvió de mucho en las candidaturas de Humala y Fujimori; pero de otro lado, esta los votantes que en práctica lo que buscaron fue contestar  o responder al sistema económico-social que hoy vivimos y eso se traduce en la teoría de Nemesis planteada por Farid Kahhat en la cual se argumenta que los votantes hicieron lo que hicieron “sin necesariamente buscar cambios dramáticos en el status quo, un sector del electorado podría haber votado motivado por criterios de justicia redistributiva, un claro déficit en las gestiones, tanto de Toledo como de García”[3]. Esta conclusión producto de una reflexión: básicamente lo que ocurrió con los candidatos presidenciales que perdieron fue por algún acercamiento con el gobierno actual, lo que significó poner en riesgo la carrera a la presidencia, el caso más notorio es el de Castañeda Lossio, pues después de haber sido definido por el presidente como “su candidato” y las malas jugadas que tuvo a lo largo bastaron para terminar en un quinto puesto.

                El constante rechazo al sistema actual es notorio, no sólo por el resultado de las elecciones, sino también por la gestión de Alán García, pues el llamado “cambio responsable”, no llegó como se presumía que impactaría en la población peruana, no sólo por una gestión indolente con la problemática socio-ambiental, sino también como resultado de una extrapolación del avance peruano, es así que la idea de desarrollo fue disfrazada como la de crecimiento. El hecho de continuar con las mismas prácticas políticas sería necio para una población cansada de observar cifras macro, sin que estás se vean reflejadas en su bolsillo o en el respeto y la protección que el Estado debe de ofrecerle. Ese es otro factor que se convirtió en el peor enemigo de la campaña de Pedro Pablo Kuczynski, él y su equipo representaban claramente el ala más conservadora de ese sistema. Mientras que Toledo ya tenía un pasivo con la gestión de su primer gobierno, no tan grande como la de García, porque tuvo una gestión no tan criticada al finalizar su gobierno[4], también tendríamos que agregarle el hecho de que el electorado tiende a descalificar a los candidatos de sólo se dedican a atacar a otro candidato durante un debate. Lección que parece que Toledo olvidó durante el último debate, a la sazón de que tendría que haber reflexionado más en aquella contienda entre Susana Villarán y Lourdes Flores.

Otro punto, que me gustaría analizar, sería el de la supuesta consolidación democrática en nuestro país, que ya muchos de los intelectuales- bastante despistados por cierto- daban al electorado una convicción democrática casi casi de primer mundo, pero en realidad la mayor parte de los votantes peruanos no responden a una tradición política democrática, sino a un voto pragmático- lo vuelvo a recalcar-, como refuerzo un estudio realizado por el BID, dicho estudio “encuentra una relación empírica, contra intuitiva, entre desempeño económico y resultados electorales en varios países de América Latina: cuando los términos de intercambio favorecen a los Estados que exportan recursos primarios (particularmente extractivos, es decir, minería, petróleo o gas), el votante medio prefiere opciones de política que denomina “nacionalistas” (V., intervencionistas).En cambio, cuando la economía entra en recesión, el votante medio prefiere políticas de estabilización”[5]. Esto nos da como conclusión que el votante medio prefiere estar ligado a un buen trato con su entorno, es decir a la presencia del Estado en materia de seguridad (como lo hizo Fujimori, quien llegó con una propuesta populista) a diferencia de otros gobiernos que sólo estuvieron centrados en el manejo de las cifras económicas.

Finalmente, negociar parece ser la única opción de ambas candidaturas, por su puesto ese hecho no asegura que el descalabro del país sea evitado; sin embargo, dará más seguridad a los votantes de todas las clases y es finalmente una estrategia que pueda asegurar la victoria. En todo caso, la candidatura que correrá más riesgo, sería efectivamente la que se involucre más con el gobierno actual, pues evidentemente la espada de Némesis caerá sobre quien tenga más filiación con las políticas económicas actuales (lo digo sin ánimo justiciero, pues no tengo ese disfraz). Me gustaría dar un dato más antes de terminar, Mario Poggi en un reportaje del mes de febrero de este año, vaticinó que la victoria electoral la tendría Keiko Fujimori, “pues a la gente le gusta su novela”[6], es decir, la novela de la liberación de su api. Entre tanto intelectual que pronosticaba el triunfo de la democracia y el sistema económico, parece que la sentencia de Poggi tendría que haberse tomado en cuenta. Toda una cosa de locos.



[1] Diario “La República”, edición online, http://www.larepublica.pe/10-04-2011/lecciones-de-la-campana, TANAKA Martín, “Lecciones de la campaña”, 10/04/11
[2] Ibidem
[3] América Económica, http://www.americaeconomia.com/politica-sociedad/politica/elecciones-2011-que-paso-en-el-peru  “Elecciones 2011 ¿Qué pasó en el Perú?, Farid Kahhat,  10/04/11
[4] Diario “La República” Edición online, http://www.larepublica.pe/15-04-2011/las-tres-etapas-de-la-primera-vuelta-segun-eloy-jauregui, “Tres etapas de la primera vuelta electoral según Eloy Jauregui”, José Miguel Silva, 15/04/11
[5] América Económica, http://www.americaeconomia.com/politica-sociedad/politica/elecciones-2011-que-paso-en-el-peru  “Elecciones 2011 ¿Qué pasó en el Perú?, Farid Kahhat,  10/04/11
[6] DOMINGO AL DÍA, “Mario Poggi, 25 años después” 2da parte. http://www.youtube.com/watch?v=fB7A2iCrmKk, 13/02/11

Comentarios

  1. Me gustaría precisar que más que volatilidad de las candidaturas me parece una sería crisis de partidos políticos, dentro del cual también se ubicaría esa percepción de falta de ideología.
    No solo es Clases populares y juvetud engatusada para decidir un voto, se aplicaría a un grueso de la población sin un propia identidad política, solo dejados guiar por "Animal Spirit".
    La desconfianza que se manifiesta como la apatía política es fruto de la corrupción (en general) que todos los días se ve dejando un "mal Sabor".
    Más que voto pragmático que se dio, diría que fue un voto "estratégico" y muy comercial (influenciado por el merchandesing, a los candidatos se vendían como productos).
    Si Castañeda bajo tremendamente no fue tanto por la afiliación con el Gobierno de Alan García, fue una mezcla de no saber promocionarse y de un mal cálculo de ver quien entraba a la alcaldía de Lima y que haría con ella al momento de ingresar; por lo tanto como entro Villarán no se efectuaron las obras estratégicas que Castañeda previso que se inaugurarían en plena campaña y así consolidarse en Lima, pero no se inagurarón por diversos motivos.
    Y te voy a denunciar ante INDECOPI por poner una imgen de Heduardicidio xD

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