Retrato

Sus cabellos son del viento,
ella envuelta en la melodía pagana
interpreta el rito: del tiempo y la luz
que solo evitan sus alas, ella es presente,
no puede ser olvido.

Se refleja en el infinito y sólo encuentra
su sombra en Venus, resucita entonces
cada vez que su risa estalla en el pasillo,
sus sueños son paseos a campo traviesa.

¿Y qué es el amor pregunta en su itinerario?
Puro arte de espejos en una habitación dorada,
donde su corazón baila como un derviche,
gira entonces en el mantra de su reflejo.

¿Sobre su destino? Ella todo lo tiene grabado,
ese sendero que emulan los lunares de su constelación
en el cielo de su pecho, es el signo del león que la cubre
de cualquier mito.

En el tibio mar del norte sus manos dibujan el movimiento
de la baraja, el ocaso juega sus cartas, ella imita los
pasos de otras lunas, geometría para la vida piensa por un momento,
pero sólo su callado corazón lo sabe, ella es una reina de Saba.

¿Y sobre sus amores? Son todas constelaciones hechas
para la emperatriz caprichosamente napoleónica,
un mar callado y tibio dibuja su mirada mientras corta un fruto
para su invitado.