Naturaleza

Foto extraída del Blog Lima Antigua

Naturaleza, los labios rojos que
ascienden en un ritmo lento y pausado,
trata el camino de hacerse menos etéreo,
ahí donde la curva da exacta a tu corazón,
las palabras, la sonrisa, la cortesía en el silencio.

Y recorrer las sombras, a tientas, como deseando
añorarte, como si fueses un amuleto que atrae el pasado.

Tu eco resuena aún en las paredes, el sol las cristaliza
como pétalos del ocaso, como instantáneas de tu voz
que se cruzan, imágenes truncas de ti, de tu piel a contraluz,
de tus labios pronunciando aquel nombre.

Y recorrer las sombras, a tientas, como deseando
añorarte como si fueses un amuleto que atrae el pasado.

Hoy, sobre este cielo gris que envuelve al tiempo,
pensé en tu compañía, en el juego de tu mirada
que buscaba algo de mí, tus manos que señalaban algo inexistente.
Son nuestras almas las que cincelan los recuerdos,
aquellas que erosionas con tu voz, con tu tiempo.

Y recorrer las sombras, a tientas, como deseando
añorarte como si fueses un amuleto que atrae el pasado.


A tientas, como sabiendo que me haces bien,
como pretendiendo sólo dibujarme en tu naturaleza,
llegaste, ese se hace un gran dilema:
es el tiempo que borra toda huella, pero es el corazón
que se niega a hacer del tiempo un simple deseo.

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