León Dormido

Quebrada Llaca- Áncash Perú

Amo mi soledad,
como aquel golpe de fortuna
que irrumpe la plateada tarde,
ese rugido de puma que estremece
la montaña.

Así cuando las horas se diluyen sobre
silencio, los pasos se hacen música-
cómplice el viento indolente de agosto-
que vibra sobre mi pecho al anunciar
la llegada irremediable del retorno.

Hemos aquí pactado entre la serenidad
del tiempo y el puño que contiene la voluntad,
un susurro uno que desciende sobre el riachuelo
que baña la pradera, donde precisamente se ama
el tiempo y la vida.

¿Qué guarda nuestro silencio?
Una luz- que dorada- lo revive todo,
es la fecha de Apolo que cruza el horizonte,
anunciando el inicio, pero también el fin,
el veloz impacto de la vida.

Sobre Rima Rima, un destello no ampara
a la soledad sólo la lleva a la volar con el canto
de la lluvia reposa su esperanza sobre
el corazón del león dormido.