Soledad o signos de que ya ha pasado el tiempo


Te echo de menos:
la fragilidad de lo azul que abriga
tu pecho.

El retornar del viento,
susurros del recuerdo,
pétalos que acarician la superficie
de la oscuridad.

Te echo de menos,
cuando palpitabas como reloj,
la voz de piano y las lágrimas
sobre el cello.

Volviste cuando cerré mis ojos,
una cicatriz de luz que enferma de esperanza.
Volviste ¿Pero para qué?

Soledad, que procrastinas
los sueños- las nubes de los hombres-
para estrellarlas sobre un manto azul de vacío.

Tus suaves manos que desgarran
todas las entrañas, que le dan frío al tiempo.
Aquella confesión que te hice.

Te echo de menos,
por esa mustia melodía
que recorría los pasillos,
las tardes y quebraba todo.

Todo hasta el cubículo
donde te guardaba como reina y señora.


Echo de menos tus forma,
tu silueta de mujer, tu secreto para la tarde.
La sencillez de tus formas para tomar el té.

Comentarios

  1. me ha gustado mucho tu poema, expresa en forma clara tus sentimientos por esa persona, no hay nada más triste que la soledad y estar alejado de esa persona especial con la cual uno se siente vivo ya que no hay mejor sentimiento que sentirse querido y dar amor. Aprovecho para que te des una vuelta por mi blog y puedas comentar mis post y que tus lectores también lo hagan, así que me permito dejar mi link por acá, gracias! : mizonadecatarsis.blogspot.com

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  2. Madarame Uzumaki, agradezco tu comentario. Espero poder ver nuevas entradas en tu blog. Entiendo que las actividades cotidianas a veces pueden más, pero creo que el deber de la creación es más grande.

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