Partidos políticos: el reformismo social y el reformismo tecnocrático y su presencia en la actualidad política peruana



Fernando Belaude Terry
La historia del Perú republicano tiene en su desarrollo como aparato político-social un conjunto de procesos los cuales se dibujaron para la historia como pilares para la formación de la patria actual, en ese sentido el rostro del Perú de los años 70 es uno de los cuadros de más importante análisis, pues se da el inicio del reformismo tecnocrático y el reformismo social. El cambio de las relaciones entre el comercio internacional, el crecimiento de las zonas urbanas en el Perú y el aplastante peso que resultaba el poder de la oligarquía en los nuevos sectores en la economía nacional fueron los detonantes de una nueva etapa en el proceso de la formación del país. El declive de la oligarquía fue un proceso no solo urbano liderado por los grupos empresariales exportadores, la pequeña burguesía industrial y los grupos obreros, sino también apoyado por los sectores rurales que exigían la reforma agraria[1]. El primer gobierno de Fernando Belaunde fue el gobierno que tuvo que afrontar la presión de los cambios constantes en la sociedad peruana, esta transformación devino en nuevas políticas de gobierno para palear el creciente descontento social, así la postura tomada por el gobierno tanto como por los actores políticos de la época fue la reforma desde sus diversos ángulos ésta podría tener el corte social como el corte tecnocrático[2].

El proyecto reformista empezó a constituirse como un conjunto de reformas frente al poder de la oligarquía el proyecto como país abierto a la industrialización y el crecimiento de las zonas urbanas hizo que la concepción de la política nacional cambiara, así los partidos políticos empezaron a incluir en sus doctrinas el tema de lo “popular”[3] como una creciente manifestación de la sociedad peruana que se constituía como un desborde al sistema oligárquico así la reforma agraria, la inclusión de los nuevos sectores al sistema de la capital; sin embargo, la política rígida del sistema oligárquico cuyas bases sustentadas en la agro-exportación fue el óbice más grande que encontró el reformismo, pero cabe destacar que la posturas tanto como derecha y de izquierda que apostaban por el reformismo tuvieron a su encuentro diversos obstáculos desde la parte interna de los mismos partidos así el reformismo de derecha iniciado por el gobierno de Belaunde tuvo como principal ruta de trabajo la reforma del sector burocrático a nivel de los sectores económicos de las empresas públicas, la banca en general e iba dirigido a los empresarios y profesionales vinculados a ellos[4]; en tanto la izquierda peruana cito a Henry Pease “ya en estos años impacta la ruptura del Partido Comunista, a partir de la pugnan entre China y la URSS, repercusión necesaria en un partido umbilicalmente ligado a las decisiones de afuera, que en parte nunca logró un planteamiento político adecuado a la realidad nacional[5]”. Finalmente, en cuanto al APRA tomaremos la teoría que este estableció una alianza con la oligarquía durante el primer gobierno de Belaunde en remplazo de las FF.AA[6].

Ahora bien, por qué es importante detallar esta etapa del primer gobierno de Belaunde. En primer lugar, en ella podemos observar la débil institucionalidad de los grupos políticos durante la época democrática que no pudo sobrevivir al golpe de Estado que desembocó en la el gobierno revolucionario de Juan Velazco Alvarado, esta precaria institución hacía que Estado se mostrara como un ente débil frente a la presión de la reforma y el poder oligarca, esto aunado con los conflictos de los partidos, sus rupturas y sus dependencias no pudieron ser el vaso conductor de los reclamos populares y las necesidades del país. Esta figura del reformismo social como tecnocrático es una de las que más vigencia tiene a nivel de la política nacional hoy- con otros nombres y otras estrategias- los partidos políticos de turno aparecen como parte de ese reformismo: la imagen de un tecnócrata como la de PPK o la famosa “gran transformación (social)” de Humala son dos muestras de la vigencia de ambas ideas. Sin embargo, cabe preguntarse, si el Perú de hoy a diferencia de su realidad socio-política de fines de los 60 tiene la capacidad para constituir una reforma efectiva (ya sea cualquiera de ambas posturas) la cual tenga en su seno la particularidad de engarzar a los diversos sectores que componen la sociedad peruana en solo proyecto. Para este fin propongo el desarrollo de dos ideas: parto por un breve análisis de la coyuntura del sistema económico-social para luego ir hacia el rol de los partidos en la reforma hacia la modernización del Estado.

El proceso de modernización, entendido como el cambio de las relaciones socio-económicas y en ese proceso la destrucción de estructuras sociales (el caso de la oligarquía) para dar vida a la modernidad[7]; el paso hacia el crecimiento de la burguesía empresarial ha sido uno de los procesos socio-económicos que han marcado a la sociedad peruana, así para Henry Pease la instauración del sistema neoliberal durante el oncenio de Fujimori quita el rol de empresario al Estado, esta inhabilitación golpea de manera tan fuerte a la estructura que se pretende defender que hace que desaparezca el interés nacional[8]. De aquí que Pease considere que frente a la ausencia de una clase política que represente los intereses del país para evitar la pérdida de confianza en la gestión política y procurar la intromisión de otros sectores la clase empresarial se convertirá en una neo-oligarquía la gobernará el país solo apuntando a sus intereses[9].

Ahora bien ¿Por qué los partidos de la democracia sucumben tan fácilmente? Por una parte esta idea radica en los líderes carismáticos, donde su discurso o acción impacta en las masas, moviliza el partido[10], pero no abre mecanismos a la institucionalización del partido esta manera de convertir a la política no solo en una representación de las ilusiones populares, ni en el brazo político de los intereses empresariales, sino que deben de centrarse en la construcción de una política de Estado con capacidad de inclusión de las clases populares y la formación de una élite intelectual comprometida con el desarrollo del país; sin embargo, la formación de los partidos, en el Perú pasaron de formar parte de una lógica electoral movimientista a una lógica electoral mediática[11] así los partidos en el Perú dejaron de brindar discursos reformistas sustancial y pasaron al discurso mediático, con un aparente trasfondo reformista, pero que son ineficaces en el cambio de la política de Estado, pues el desgaste de los partidos políticos en las contiendas- la mayoría de estas perdidas por los golpes de Estado-, así como el cambio de la matriz Estadocéntrica del Estado por una direccionada al mercado[12] y, bajo estos dos factores, la pérdida de la filiación política. La ineficacia de los partidos como centros de representación de las ideas de los peruanos llevo consigo a la formulación de nuevos y aparentes mecanismos de representación así los medios de comunicación masivos lograron un efecto importante así la figura del outsider para Julio Cotler es la quiebra y destruye finalmente la representación de los partidos, pues encuentran “sus bases de legitimación y consolidación en las encuestas y medios de comunicación, denuncian los vicios políticos, rechazan la nominación de políticos y prefieren aparecer como técnicos, no representan una tradición cívica, son actores contrarios y ajenos a las clases políticas[13]es precisamente con la aparición de los outsiders que los partidos terminan en el colapso de las ideologías, que así sean de derecha o de izquierda, terminan disolviéndose en el mal de la tecnocracia que aparece formativamente como un plan estructural de vida, donde se respete la tradición, la formación integral, la idea de clase o la inclusión como sistemas, sino que destruyen la figura clásica de la política y despolitizan a la ciudadanía hacia un sistema carente de ideales y solo encerrada en el aparente desarrollo del Perú desde una sola cara: la económica.


[1] Pease García, Henry, “El ocaso del poder oligárquico”, extraído de selección de textos del curso Realidad social peruana Vol 1 de la PUCP, Lima, 2009, P. 312
[2] Íbidem. P 314.
[3] Podemos destacar que los partidos de Belaunde (Acción Popular) y el APRA eran partidos que representaban a clases emergentes.
[4] Pease, Op.cit. 316
[5] Ibidem Pag. 314.
[6] Podemos revisar el libro de Herny Pease donde se señala que el APRA fundó una alianza con el partido de Odria, así como podemos destacar el libro del historiador Nelson Manrique que escribió “¡Ud fue aprista!
[7] Perez Crespo, Carlos, Modernidad y tradición política en el Perú   Del blog “Chicobill and other histories”[En línea] http://chicobilly.blogspot.com/2010/01/modernidad-tradicion-y-politica-en-el.html (Consulta 22 de abril de 2012)
[8] Pease García, Henry, Reforma del Estado: propuestas para el Perúa del S. XXI [En línea] http://es.scribd.com/doc/88333702/Sociedad-partidos-y-estados-en-el-Peru (Consulta 22 de abril de 2012).
[9] Ídem.
[10] Pease García, Henry, La autocracia fujimorisa. Del Estado intervencionista al Estado mafioso, extraído de selección de textos del curso Realidad social peruana Vol 2 de la PUCP, Lima, 2009, P. 15
[11] Ibídem. Pag. 27.
[12] Ídem.
[13] Ídem.

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